Saturday, January 28, 2012

Tamalito


Ohhh que delicia, tamaaaal.

Hace poco en su regreso de Colombia, Camilo trajo dos tamales enlatados, es cierto, para aquellos que pueden tenerlos fresquitos cada domingo en la panadería de la esquina puede que no signifique mucho, pero cuando estas lejos te das cuenta que son cosas que extrañas de tu país.


El tamal paisa, uno de mis favoritos junto con las ayacas de norte de santander, prefiero aquellos que son hechos de harina en vez de arroz como el tolimense, y en especial que tienen carne de cerdo y esas papas en rodajas que le dan un muy buen sabor.


para haber estado enlatado por un tiempo considerable, y haber viajado tantos kilometros, encuentro su contenido tan sabroso como el de uno fresco envuelto en hoja de plátano, calentado con vapor de agua.

Valla que delicia!, ya estoy planeando ir a aquel desayunadero paisa en el barrio primavera de Bogotá.

Por cierto, de la emoción me lo comí tan pronto estuvo en el plato, sin parar de saborearlo y pensar otras cosas, en el proceso olvide tomarle la correspondiente foto, por lo que al menos los dejo con la etiqueta que rescate de la basura.




Thursday, January 26, 2012

45 minutos en la oficina postal para enviar una carta

Bueno, gran parte del tiempo no corrió por cuenta mía, sino de parte de la señora que me estaba atendiendo la cual al inicio parecía bastante molesta y de afán, falta de servicio al cliente y justo para mi en mi primera experiencia en este sitio nada recomendado, pronto le transmití mi condición de primerizo y ella tal vez bajo la guardia un poco, no sin antes darme unas instrucciones que se contradecían de forma rápida para llenar los datos en la cara del paquete y la carta que deseaba enviar.

me percate de hacerle repetir aquellas instrucciones que se contradecían, unas indicaban un procedimiento para la carta y lo contrario para el paquete, bastante extraño pero ella asi me lo repitió.

luego de llenar dicha información procedí a entregárselos, pero oh! sorpresa ella en su no tan amable tono me reclamó que qué había hecho, dentro de mi quise reclamar y repetirle que por eso le pregunte antes de hacerlo, de hecho alcance a decirlo, pero luego muy rápidamente decidí aceptarlo y proseguir, modifique los datos por la otra cara del paquete y se lo entregué de nuevo.

le mencioné que debía tachar lo que había estado mal, y una vez más en su tono de superior -muy típico en los empleados públicos de Colombia, algo nuevo hasta ahora aquí- dijo, si!, yo se lo que hago. dentro de mi me reía y decía (sí claro!)

aquí empieza una seguidilla de errores de la persona que tiene todo bajo control y sabe lo que hace, para resumir, una cuenta de 3.4 USD termino siendo 240 USD en el recibo, que luego tuvo que cambiar 3 veces, restar dinero, no muy buena con las matemáticas luego hizo un par de operaciones al respaldo del recibo para poder imprimir uno nuevo, y finalmente para que preguntara si pagaba con efectivo. cuando dije no, otra vez tuvo que hacer un par de cuentas manuales e ingresar la cantidad en el datáfono. durante todo este tiempo radicalmente cambio su forma de dirigirse, bajo la guardia, tal vez tanto que mi ignorancia en el tema se traslado a ella y se reía constantemente de lo bruta que estaba siendo.

finalmente pague con la tarjeta y todo estaba terminado.

Si!, la fecha del sello también la tenía mal, le dije luego de ver la foto.


Trabajo en tierra de gigantes

Al mejor estilo de Juanito y los fríjoles mágicos, después de subir por la inmensa planta hasta llegar mas arriba de las nubes donde se encuentra el castillo del gigante, esa misma sensación se siente al mirar más allá de dos metros de distancia hacia abajo de la montaña donde se supone deben estar todas las casas de al ciudad, pero en vez de eso te encuentras atrapado en al mitad de una densa nube que te hace sentir que estas en un lugar muy alto y sientes tener nada mas que el vació debajo del edificio. También se podría estar en el templo de Cayosama, si alguna vez éste tuvo neblina.